El pasado 30 de noviembre, durante el pleno municipal, el portavoz del Partido Popular de Seseña hizo un ruego a todos los grupos para que atemperasen el tono de sus intervenciones y no permitieran que la crispación se apoderase del debate político.
Lo que no dijo es que esta petición no vinculaba a sus propios concejales ya que no habían pasado ni diez minutos cuando uno de ellos interrumpió el discurso del portavoz del PSOE para llamarle SINVERGÜENZA ante el asombro de los asistentes y la pasividad de su portavoz, la misma persona que acababa de pedir moderación.
Pero no acaban aquí los disparates. A la salida del pleno y sin que mediara provocación alguna, una señora pública y notoriamente ligada al PP de Seseña insultó a los allí presentes con un sonoro ROJOS DE MIERDA que dejó en el aire un hedor a fascismo más propio de la dictadura de Franco que del orden democrático que hoy todos disfrutamos.
Es necesario que el PP de Seseña se disculpe públicamente, no dé amparo a los radicales, sancione a los transgresores y tome medidas para que estas conductas injustificables no se vuelvan a repetir. De no ser así pondrán de manifiesto que el insulto y la crispación forman parte de su estrategia política y que son los principios con los que pretenden gobernar nuestro pueblo.